Se acusa de un delito continuado de estafa a una persona que, actuando como administrador único de una empresa, conoció a través de una página de internet, a una mujer sin trabajo y con ingresos precarios, ante la que se presentó como bróker o agente de inversiones.
Así, con ánimo de lucrarse de la misma, y durante varios años, aprovechando la confianza de la mujer de escasos recursos y conocimientos económicos, que confiaba en el acusado al saberle propietario de una empresa de inversiones, fue efectuando préstamos y realizando pagos al ahora acusado, sin que este le devolviera nunca el dinero prestado, y llegando incluso a perder la vivienda que constituía su domicilio habitual.
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